Para representar el infinto hemos plasmado estas figuras que engañan al ojo y parecen unas figuras que nunca acaban, flotando en el espacio. En mitad de la hoja surge un camino que nunca llega a acabar y por lo tanto se transforma en una mano con la que se intenta alcanzar, sin lograrlo, un sol que representa el centro del universo permitiendo que la vida sea posible. Por ello, el sol se encuentra en medio del planeta. El triángulo de Penrose representa la imposibilidad en su más pura forma
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